sábado, 3 de septiembre de 2016

FIESTA DE SAN PIO X


"Que no se exagere, en consecuencia, las dificultades cuando se trata de practicar lo que la fe nos impone para cumplir nuestros deberes, para ejercitar el fructuoso apostolado del ejemplo que el Señor espera de todos nosotros: Unicuique mandavit proximo suo. Las dificultades vienen de quien las crea y las exagera, de quien a sí se confía y no al socorro del cielo, de quien cede cobardemente intimidado por las burlas y risas del mundo: de lo que hay que concluir que, en nuestros días más que nunca, la fuerza de los malos es la cobardía y debilidad de los buenos, y todo el nervio del reino de Satán reside en la blandura de los cristianos.

¡Oh! Si se me permitiera, como lo hizo en espíritu Zacarías, preguntar al Señor: «¿Qué son esas llagas en medio de tus manos?» no cabría duda sobre la respuesta: «Me han sido infligidas en casa de los que me amaban», por mis amigos que nada han hecho por defenderme y que, al contrario, se han hecho cómplices de mis adversarios."

(Discurso pronunciado por el papa San Pío X el 13 de diciembre de 1908 después de la lectura de los decretos de beatificación de Juana de Arco, Juan Eudes, Francisco de Capillas y Teófano Vénard y sus compañeros.)