jueves, 10 de mayo de 2018

DE NUEVO EL P. BOUCHACOURT





Fuente (Extracto del comentario a la carta. Carta íntegra. Comentarios de NP en color rojo. Cursiva y negrita añadidas por NP).

¿Hay alguna diferencia entre el sacerdocio católico y el sacerdocio modernista? Para nosotros, sí, ¡pero parece que no para el P. Bouchacourt!

Lea esta breve carta del Superior de Distrito de Francia que invita a los fieles a responder a la invitación del Papa, que convocará un sínodo sobre el tema de las vocaciones. Y esto sin ninguna restricción o distinción. ¡Como si el actual Papa tuviera la intención de formar sacerdotes francamente católicos y antimodernistas como en Avrillé!

El P. Bouchacourt lamenta que [en Francia] sólo haya 79 sacerdotes diocesanos para ser ordenados para el año 2017. Pero, ¿cuál es el valor de estos 79 sacerdotes, ninguno de los cuales habrá recibido una formación correcta? Incluso si fueran 200 o 300, el problema sería el mismo, ya que la cuestión no es numérica ¡sino de Fe! Y sabemos que todos están más o menos destruidos por la teología de Congar, Rahner, Lubac, Ratzinger, etc. Todos son casi irrecuperables.
 _________________


CARTA A NUESTROS HERMANOS SACEDOTES
 N° 77 - MARZO DE 2018

El Papa Francisco ha convocado para el mes de octubre un Sínodo sobre el tema "Los jóvenes, la fe y el discernimiento de las vocaciones". Este es un asunto efectivamente esencial por dos razones.

La primera razón es que la Iglesia no puede vivir sin [buenos] sacerdotes (ni religiosos, por cierto). Ciertamente, en algunos lugares y en ciertos períodos, vida eclesial ha podido existir sin sacerdotes: mencionemos Corea donde, a fines del siglo XVIII y a comienzos del siglo XIX, durante cincuenta años, la fe solo se difundió por los libros católicos. Sin embargo, esta situación es profundamente anormal, y además, este primer cristianismo coreano sufrió esta ausencia del sacerdocio.

La segunda razón es que la Iglesia, al menos en Occidente, está experimentando un serio "invierno de vocaciones". [¿Qué? ¿Pero no ha dicho muchas veces Mons. Fellay, que se está acabando el invierno en la Iglesia porque se ven muchos “brotes primaverales”? ¿En qué quedamos?] La Croix del 4 de julio nos reveló que 79 sacerdotes diocesanos [es decir, modernistas] debían ser ordenados el año 2017. Eso es poco, es muy poco; es claramente insuficiente para la Iglesia de Francia, incluso considerando simplemente mantener lo que existe.

Dado que toda la Iglesia se movilizará en torno a las vocaciones [de modernistas o no modernistas; no importa, la cosa es “movilizarse”. Importa la acción más que la Verdad, el movimiento más que los principios inmutables] durante este año 2018, me parece que nosotros también, en nuestro lugar, podemos responder a esta invitación del Papa. Especialmente porque "el objetivo de la Sociedad de San Pío X es el sacerdocio [¿modernista o no modernista?. Tal parece que al P. Bouchacourt le da igual] y todo lo que se relaciona con él y nada y nada más que lo que le concierne", como dicen sus estatutos. Por eso, durante este año, compartiremos algunos pensamientos y propuestas sobre las vocaciones.

Lo primero es lo más simple, ya que es lo único que Nuestro Señor nos ha enseñado explícitamente: "La cosecha es mucha pero los trabajadores son pocos. Suplicad, entonces, al Dueño de la mies para envíe obreros a su mies" (Mt 9, 37-38). [¿Aunque esos obreros sean, en realidad, lobos o mercenarios modernistas?] Por lo tanto, es a la oración por las vocaciones que Jesús nos exhorta. Y cualquier reflexión sobre el despertar de las vocaciones debe comenzar y terminar con este punto.

Entonces, debemos preguntarnos: ¿oramos lo suficiente por las vocaciones? ¿Hacen recordar este punto crucial los obispos [modernistas], una de cuyas principales responsabilidades es dar sacerdotes a la Iglesia? ¿Las parroquias son movilizadas para orar con regularidad, con constancia, con fervor por esta intención? ¿Las escuelas católicas y los movimientos juveniles son sensibilizados acerca de este punto, porque la oración de los niños es particularmente efectiva ante el corazón de Dios?

En resumen, ¿cada católico es animado a repetir esta oración clásica todos los días: "Señor, danos sacerdotes. Señor, danos santos [¡por fin una distinción necesaria!] sacerdotes. Señor, danos muchos santos sacerdotes?

Abbé Christian BOUCHACOURT, Superior del Distrito de Francia de la SSPX

Leer la carta (en francés) acá.